Nuestros
estados de ánimo no siempre son fácilmente cambiables, lo que sí
siempre debemos tener en cuenta es que debemos separar nuestro estado
ánimo de lo que realmente somos nosotros. Por ejemplo, si hoy estoy
malhumorada porque mis hormonas me enloquecieron (a todas las mujeres
nos sucede de vez en cuando) no quiere decir que yo sea una persona
malhumorada. O si estoy enojada porque me sucedió algo injusto, no
quiere decir que mi enojo es algo permanente.
Muchas veces la mejor opción es simplemente aceptar nuestras emociones en lugar de luchar contra ellas. Lo que sí continua estando en nuestro control qué es lo que hacemos con eso.
Intentemos lidiar con ellas de la mejor manera posible. Si no nos
podemos quitar la sensación de enojo, vamos a intentar estar solos,
calmarnos a mostros mismos, darnos una ducha, mirar una película, leer.
Quizás la emoción siga estorbando por un rato, pero poco a poco va ir
perdiendo fuerza si no la alimentamos y nos enfocamos en otras
actividades.
En lugar de atacar lo negativo, vamos a intentar generar algo positivo.
Busquemos actividades que despierten nuestro interés, busquemos
diversión, alegría, satisfacción. Mientras más actividades o
pensamientos positivos generamos, menos fuerza esas emociones negativas
van teniendo.
Piensa
en tu estado de ánimo como una nube pasajera, algo que viene y va, como
las olas del océano acariciando la orilla de tu alma. Obsérvalas pasar
entendiendo que un mal momento, un mal pensamiento, una mala emoción no
quieren decir que eso sea un fiel reflejo de tu verdadero ser. No
necesariamente tienes que reaccionar a ellas, es mejor si no lo haces.
Para
acallar tu mente (algo muy importante de hacer cuando estamos
desbordados emocionalmente) puedes utilizar algunas de las siguientes
técnicas:
- Coloca tu mano en una superficie fresca y otra en una superficie tibia
- “Mira” en tu mente los dos primeros pensamientos que aparecen
- Imagina que tu mente es el cielo y los pensamientos, sensaciones y emociones son las nubes, observa cómo cada nube se va a alejando. Presta atención a cuánto tiempo puedes mantenerte observando, es común que tengas que volver a comenzar después de un par de minutos
No
necesariamente eres lo que piensas, todos pasamos por malos momentos,
no permitas que un mal día te haga dudar de tus habilidades, de tu valor
o de quién eres en realidad. Podemos ganar las batallas diarias que se
juegan en nuestra mente, recuerda que tienes el poder de hacerlo si lo
haces desde un lugar de paciencia y amor contigo mismo.
Fuente:http://psicologiapositivauruguay.wordpress.com/2012/06/24/nuestro-cambiante-estado-de-animo/
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