Una frase positiva puede ser un tratamiento de choque al principio.

Cuando decimos una frase positiva es posible sentir resistencia en el proceso.

Puede surgir un conflicto.

La frase positiva puede ser la más adecuada para aquello que hemos decidido trabajar; lo que puede provocar, en ocasiones, el conflicto, que no es más que nuestras creencias más arraigadas.
Si necesitamos, todavía de esas creencias, por mucho dolor que nos produzcan , es lógico que en ocasiones encontramos con resistencias, hasta que no consigamos tener más confianza en nuestra nueva forma de pensar.

Al trabajar con frases positivas, sin trabajar antes la cuestión o situación que queramos mejorar, estas podrían ser como un tratamiento de choque.

Para evitar este malestar yo recomiendo Mi ejercicio personal, con la filosofía de Louise Hay.

No hay que olvidar, a mi me ocurre con frecuencia, repetir la frase positiva que hayamos elegido, tantas veces como podamos al cabo del día.
Ya sea frente al espejo o sin él.  Es conveniente creérnoslo hasta obrar,  en consecuencia.

Tener un diario y plasmar los avances o retrocesos que hayan surgido en nuestro día,sobre lo que estamos trabajando  nos hace responsables de nuestro propio proceso.


Saber, exactamente, que  hemos hecho  para cambiar esa situación que queríamos  cambiar, ganamos en confianza en uno mismo/a.