viernes, 15 de junio de 2012

Reconocer errores


¿Cómo reconocer nuestros errores?
 
A través de nuestros errores tenemos la oportunidad de reflexionar y aprender algo nuevo. Cuando revisamos las consecuencias de una acción que acabamos de realizar, es cuando podemos reconocer el error que cometimos. Debido a esto, nos resulta tan difícil prevenir algunos errores, porque sólo podemos reconocerlos una vez que los hemos cometido.
 
Desarrollar la capacidad de reconocer y aceptar nuestras equivocaciones amplía nuestra visión de la realidad, nos impulsa a asumir nuestra responsabilidad y nos enseña, además, a reconocer la presencia de personas afectadas por las consecuencias de nuestras equivocaciones.
 
Oímos a diario frases como: "Cometer errores es humano", "Un error lo comete cualquiera", etc. pero, lo más importante, es que tengamos la disposición de asumir el compromiso de hacer cuanto sea necesario para corregirlos. Algunos padres, por ejemplo, temen reconocer un error frente a sus hijos por miedo a perder su autoridad o el respeto por parte de ellos, cuando, en realidad, hacerlo sería una señal de sabiduría, humildad y amor.
 
Desde luego que no es sencillo aceptar nuestras equivocaciones, pues hiere nuestra autoestima. A veces nos da pena que otros descubran que hemos cometido un error; otras, quedamos paralizados por el miedo de volvernos a equivocar, o también puede suceder que en vez de asumir nuestra responsabilidad y reparar nuestros errores, busquemos culpar a alguien de ellos. En realidad, saber que tenemos derecho a equivocarnos y estar dispuestos a aprender de ello, nos da la libertad de ser auténticos, de tomar decisiones más acertadas y nos concede el permiso para atrevernos a realizar actividades nuevas con más seguridad y confianza.
 
En algún momento, nos llegará el día en que hemos cometido un error grave, pero, a pesar de la vergüenza que podamos sentir, no debemos huir de la responsabilidad ni ponernos agresivos o defensivos cuando otros nos hagan una observación al respecto; nuestra meta deberá ser, en ese momento, tratar de reparar el daño de la forma más digna posible. Muchas personas creen que reconocer un error puede ser una señal de debilidad y que, además, puede representar la posibilidad de perder el respeto por parte de los seres queridos… ¡No es así! Definitivamente, el admitir que nos equivocamos nos merece el aprecio y la estima de ellos, especialmente si nos ven hacer el esfuerzo para superarlo y no repetirlo. Asumir nuestros errores nos permite crecer y madurar internamente. Además, todas las equivocaciones son una oportunidad para aprender algo nuevo acerca de nosotros mismos, de los demás y de la vida.
 
Hay dos maneras simples de aprender y madurar: lo hacemos por error y acierto, reconociendo y asumiendo las consecuencias que se generan de nuestras elecciones. Si tienes hijos, la próxima vez que uno de ellos cometa un error pídele que asuma su responsabilidad sin presionarlo o castigarlo inmediatamente por la equivocación cometida. En su lugar, explícale las posibles consecuencias e invítale para que participe en el proceso de encontrar la solución y el medio para que no vuelva a suceder.
 
Pensamos, con frecuencia, que los errores son un fracaso, pero, en realidad, podemos verlos como una herramienta valiosa que nos permite aprender, crecer, hacer cambios y superar las limitaciones.
 
El Equipo de PsicoAyuda

Fuente: http://psicoayuda.jimdo.com/4-claves-para-mejorar/reconocer-errores/
 

¿Por qué nos cuesta instalar un modelo de bienestar?

Si pretendemos ir más lejos, ¿qué sentido tiene usar métodos antiguos? Son necesarias nuevas formas para la manifestación de una Nueva Fuerza."

Una pregunta recurrente entre mis pacientes (y amigos y conocidos) es: si yo sé que me hace mal, ¿por qué lo sigo haciendo?

Una de las principales razones es que lo que ahora nos hace daño fue beneficioso cuando surgió. Cuando éramos niños y sufrimos distintas carencias (sean afectivas o materiales), usamos algunas estrategias para anestesiarnos o para manejar el temor o el dolor que esas situaciones nos causaban. Esas defensas, resistencias, idealizaciones, negaciones, transferencias, fueron efectivas para poder sobrevivir o continuar con esperanzas de que se solucionaran en el futuro. El tema es que lo que sirvió de pequeños no sirve de adultos, pero nuestro Niño Interno nos maneja y sigue insistiendo en los recursos que encontró  y redobla la apuesta en cada fracaso, buscando redimirse y ser feliz. Su exploración la hace afuera, primero ante papá y mamá y luego ante el mundo. En realidad, está esperando que nosotros lo contengamos y le expliquemos una nueva forma de enfrentar la situación, con amor y paciencia.

La idealización es una maniobra que muchos usamos. Si nos sentíamos tímidos e incapaces y nos escondíamos avergonzados, crearemos un modelo perfecto, lleno de seguridad, talento, seducción y fortaleza, el cual será nuestra meta adulta y a través del cual conseguiremos el respeto, la admiración, el reconocimiento, el amor, el dinero, lo que sea que arregle la carencia. Algunos podrán lograrlo plenamente  porque habrán aprendido a conocerse, aceptarse y evolucionar en el camino, pero la mayoría (sea que lo consigan o no) continuarán apelando a la autoexigencia y el perfeccionismo para tapar el vacío y obligarse a más y más y más. Nunca será suficiente y actuarán como un barril sin fondo, sacrificándose en el altar del desamor. De nuevo, el Niño Interno debe comprender que no hay nada malo en sí mismo y que tiene todo lo que necesita.

Una conducta poco comprendida es cómo nos manejamos con el placer. Si tuvimos padres que apreciaron nuestras cualidades, que nos enseñaron a obtener las metas creativamente y no a  través de la lucha, que disfrutaron las pequeñas cosas y valoraron las grandes, habremos puesto el placer en las sustancias positivas de la vida. Si, por el contrario, crecimos en medio de privaciones, de culpas y castigos, de agresiones encubiertas o expuestas, de sufrimientos continuos, encontraremos placer negativo en fallar, en perder, en tratar y no lograr, en victimizarnos, en el dolor y la enfermedad, en superar dificultades cada vez más grandes, etc. Sólo reconociendo esta conducta y aceptando el merecimiento de las buenas cosas gratuitamente, simplemente por ser seres espirituales encarnados, lograremos dar vuelta el mandato.

 La repetición es la esencia del Ego. Es la forma en que el Alma nos señala el aprendizaje, a través de nuestros Niños Internos. El problema es que no lo consideramos un recordatorio sino un castigo o una condena para siempre. Una vez hallado el mensaje, es cuestión de instalar el nuevo modelo… y nos cuesta porque cedemos a la inercia de lo que veníamos haciendo.

Es un trabajo que demanda perseverancia y cariño. Sin ceder a la repetición neurótica, podremos ir construyendo una vida verdadera, conectada al corazón. Los pequeños pasos, los mínimos cambios, confiados y entusiastas, son más importantes que la idealización narcisista de un solo momento que salvará nuestra vida deslumbrantemente. Reconozcamos la conciencia, la sencillez, el afecto, la constancia y la auto-contención como esenciales. Démonos la mejor vida que podemos, nacida de la conexión sagrada con nosotros mismos y no con modelos externos y falsos. Finalmente, sólo podemos ser felices siendo quienes somos.

Fuente: http://www.caminosalser.com/i1446-por-que-nos-cuesta-instalar-un-modelo-de-bienestar/

jueves, 14 de junio de 2012

82 sabios consejos de Gurdjieff a su hija para transitar por el camino de la Vida

Todos los que tenemos hijos desearíamos tener interiorizadas una serie de máximas o sentencias lo más sintéticas posibles con las que poder ayudar a nuestros vástagos en su caminar por la vida
Bueno, pues Gurdjieff, uno de los grandes Maestros de los caminos iniciáticos occidentales, legó a su hija 82 consejos
Después de leerlos todos seguidos, me dí cuenta que cada uno parece tener vida propia y exigir plena atención. No sirve de nada aconsejar nada en ningún sentido si realmente no se hace con todo el corazón, y eso sólo se puede conseguir sintiendo cada máxima desde muy adentro.
Por ello, lo que llegué a preguntarme fue: ¿cuántos de éstos consejos de Gurdjieff a su hija podría YO darle a la mía propia? ¿Cuántos de ellos no caería en el típico “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago…“?
El trabajo interior empieza por uno mismo… para después ser capaz de transmitirlo con Amor a los que queremos.
Os dejo con los preceptos de Gurdjieff: como todo en la vida del maestro del Cuarto Camino, la forma en que llegaron a ser conocidos es… curiosa.
El texto fue compartido por la hija de Gurdjieff, Reyna d’Assia, con el psicomago Alejandro Jodorowsky, y publicado en el libro de éste último “El maestro y las magas” de la editorial Siruela. Y en el vídeo son recitados por Fernando Sánchez Drago.
Qué gran filosofía de vida…
1. Fija tu atención en ti mismo, sé consciente en cada instante de lo que piensas, sientes, deseas y haces.
2. Termina siempre lo que comenzaste.
3. Haz lo que estás haciendo lo mejor posible.
4. No te encadenes a nada que a la larga te destruya.
5. Desarrolla tu generosidad sin testigos.
6. Trata a  cada persona como si fuera un pariente cercano.
7. Ordena lo que has desordenado.
8. Aprende a recibir, agradece cada don.
9. Cesa de autodefinirte.
10. No mientas ni robes, si lo haces te mientes y te robas a ti mismo.
11. Ayuda a tu prójimo sin hacerlo dependiente.
12. No desees ser imitado.
13. Haz planes de trabajo y cúmplelos.
14. No ocupes demasiado espacio.
15. No hagas ruidos ni gestos innecesarios.
16. Si no la tienes, imita la fe.
17. No te dejes impresionar por personalidades fuertes.
18. No te apropies de nada ni de nadie.
19. Reparte equitativamente.
20. No seduzcas.
21. Come y duerme lo estrictamente necesario.
22. No hables de tus problemas personales.
23. No emitas juicios ni críticas cuando desconozcas la mayor parte de los hechos.
24. No establezcas amistades inútiles.
25. No sigas modas.
26. No te vendas.
27. Respeta los contratos que has firmado.
28. Sé puntual.
29. No envidies los bienes o los éxitos del prójimo.
30. Habla sólo lo necesario.
31. No pienses en los beneficios que te va a procurar tu obra.
32. Nunca amenaces.
33. Realiza tus promesas.
34. En una discusión ponte en el lugar del otro.
35. Admite que alguien te supere.
36. No elimines, sino transforma.
37. Vence tus miedos,  cada uno de ellos es un deseo que se camufla.
38. Ayuda al otro a ayudarse a sí mismo.
39. Vence tus antipatías y acércate a las personas que deseas rechazar.
40. No actúes por reacción a lo que digan bueno o malo de ti.
41.  Transforma tu orgullo en dignidad.
42.  Transforma tu cólera en creatividad.
43.  Transforma tu avaricia en respeto por la belleza.
44.  Transforma tu envidia en admiración por los valores del otro.
45.  Transforma tu odio en caridad.
46. No te alabes ni te insultes.
47. Trata lo que no te pertenece como si te perteneciera.
48. No te quejes.
49. Desarrolla tu imaginación.
50. No des órdenes sólo por el placer de ser obedecido.
51. Paga los servicios que te dan.
52. No hagas propaganda de tus obras o ideas.
53. No trates de despertar en los otros emociones hacia ti como piedad, admiración, simpatía, complicidad.
54. No trates de distinguirte por tu apariencia.
55. Nunca contradigas, sólo calla.
56. No contraigas deudas, adquiere y paga en seguida.
57. Si ofendes a alguien, pídele perdón.
58. Si lo has ofendido públicamente, excúsate en público.
59. Si te das cuenta de que has dicho algo erróneo, no insistas por orgullo en ese error y desiste de inmediato de tus propósitos.
60. No defiendas tus ideas antiguas sólo por el hecho de que fuiste tú quien las enunció.
61. No conserves objetos inútiles.
62. No te adornes con ideas ajenas.
63. No te fotografíes junto a personajes famosos.
64. No rindas cuentas a nadie, sé tu propio juez.
65. Nunca te definas por lo que posees.
66. Nunca hables de ti sin concederte la posibilidad de cambiar.
67. Acepta que  nada es tuyo.
68. Cuando te pregunten tu opinión sobre algo o alguien, di sólo sus cualidades.
69. Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal considéralo tu maestro.
70. No mires con disimulo, mira fijamente.
71. No olvides a tus muertos, pero dales un sitio limitado que les impida invadir toda tu vida.
72. En el lugar en que habites consagra  siempre un sitio a lo sagrado.
73. Cuando realices un servicio no resaltes tus esfuerzos.
74. Si decides trabajar para los otros, hazlo con placer.
75. Si dudas entre hacer y no hacer, arriésgate y haz.
76. No trates de ser todo para tu pareja; admite que busque en otros lo que tú no puedes darle.
77. Cuando alguien tenga su público, no acudas para contradecirlo y robarle la audiencia.
78. Vive de un dinero ganado por ti mismo.
79. No te jactes de aventuras amorosas.
80. No te vanaglories de tus debilidades.
81. Nunca visites a alguien sólo por llenar tu tiempo.
82. Obtén para repartir.
No está mal para empezar…


Fuente: http://www.elblogalternativo.com/2009/10/14/82-sabios-consejos-de-gurdjieff-a-su-hija-para-transitar-por-el-camino-de-la-vida/#.T9m1HPvYmyw.facebook

Contador de entradas