miércoles, 11 de julio de 2012

Cuando la defensa se convierte en agresión-Conducta defensiva

 La conducta defensiva es la segunda reacción ante la frustración.
Esta conducta está encaminada a defender o proteger nuestro propio ser personal contra fracasos, daños al ego o pérdida de auto estimación. Por lo común, la conducta defensiva es inconsciente, en el sentido de que reaccionamos de manera casi automática.

Todo el mundo participa en alguna forma de conducta defensiva y no hay nada anormal respecto a este tipo de comportamiento. Es una manera típica de resolver algunas de las dificultades a las que se enfrenta toda persona.

Si se utiliza de modo selectivo, esta conducta no es peligrosa y, de hecho, puede ser favorable para reducir tensiones. Sólo cuando se usa en exceso se generan problemas psicológicos graves. La conducta defensiva puede tomar varias formas. En el siguiente cuadro se presenta un resumen de estas reacciones distintas.

Racionalización. La racionalización es un mecanismo de defensa que le permite al individuo formular excusas ante una falla. Se trata de una auto-justificación en que la persona no está consciente de que está utilizando un falso razonamiento para protegerse a si misma.
 Es una forma de conducía ampliamente utilizada, y los ejemplos son muy abundantes.
El empleado que no consigue ningún ascenso culpa de su fracaso a un supervisor que no apreció su talento lo suficiente. En realidad, tal vez el individuo no había tenido un buen desempeño.
O bien, el gerente de ventas de un producto cuyas ventas no alcanzaron el objetivo puede culpar de su fracaso a sus vendedores deficientemente motivados, o a la incapacidad del departamento de fabricación para producir los artículos en la fecha debida.
De hecho, las razones reales pueden ser que utilizó técnicas de control deficientes con su cuerpo de vendedores.
Un ejemplo final es el del estudiante que intenta ingresar a una escuela de postgrado de gran prestigio y se le niega la admisión la reacción del estudiante puede tomar la forma de: "De todos modos, no tenía deseos de ir a esa institución”.
Esta forma de racionalización se denomina, a veces, de amargados.

 Proyección. La proyección es el hábito de atribuir u otras personas nuestros propios impulsos o motivos poco dignos.
"En efecto, culpamos a los demás por los sentimientos que experimentamos.
La gente que no guarda buenos sentimientos respecto a si misma tiende a desarrollar esta conducta de proyección. Por ejemplo, un individuo que tiene dudas respecto a si es o no digno de confianza, puede creer que "a la gente no se le puede tener confianza".
Del mismo modo, un estudiante que tiene un rendimiento muy bajo en una clase puede sugerir que se debe a que "los maestros de esta escuela son muy malos".

Compensación. La compensación se refiere a que una meta alcanzable sirve para suplantar a otra que es difícil o imposible de lograr.
Por ejemplo, tal vez un joven desea atraer la atención hacia sí mismo convirtiéndose en un atleta estrella. Sin embargo, por mucho que se esfuerce en lograrlo, no tiene la habilidad suficiente para convertirse en "estrella",
Por consiguiente, puede compensar esto aplicando toda su energía a ser el payaso de la escuela, atrayendo la atención de otras maneras.
Aunque esta trayectoria puede no ser tan satisfactoria, su primera elección constituye una meta inalcanzable para él. Quizá la compensación, por sí misma, no sea una respuesta poco saludable, sino más bien puede ser el resultado de una auto evaluación realista y una indicación de conducta constructiva.
Cuando la conducta de compensación se desarrolla de manera exagerada, se convierte en una amenaza potencial para la salud psicológica. El exceso de compensación es casi siempre obvio para los observadores y poco satisfactorio para el individuo en cuestión.

Regresión. Cuando un individuo vuelve a la conducta infantil como resultado de alguna frustración, está utilizando la regresión como mecanismo de defensa. La regresión, al igual que otros mecanismos de defensa, es a menudo una reacción inconsciente o el retorno a un periodo anterior y más feliz de la vida de la persona. Por ejemplo, "las jugarretas" en el trabajo son, con frecuencia, un ejemplo de regresión, como también la terquedad para "salirse con la suya".

Evasión. Puede existir una ausencia física o psicológica como resultado de la frustración. Cuando una persona "abandona algo" o cede, está utilizando la evasión como medio de protegerse. La apatía extrema y el ausentismo físico son ejemplos de evasión. Una persona que se siente frustrada en el trabajo puede adoptar cualquiera de estas formas de conducta para enfrentarse al problema.

Represión. Con la represión se pone un pensamiento desagradable fuera de la mente o se "olvida activamente" algo. Por lo común, a las manifestaciones de la conducta reprimida se asocian sentimientos de culpabilidad.

 Esto puede ser una reacción a la frustración, peligrosa desde el punto de vista psicológico y, ciertamente, un hábito de trabajo ineficaz. El único resultado de la represión es posponer o aplazar pensamientos o acciones incómodas, a los que será preciso enfrentarse en un momento posterior.

 Agresión El otro mecanismo de defensa en este estudio es la agresión. La agresión es una conducta dirigida a otra persona, u otros objetos, con la finalidad de herir o dañar. La agresión puede ser física o verbal. Un trabajador puede iniciar una pelea, arrojar cosas o dañar equipo como resultado de sus frustraciones en el trabajo. Otros ejemplos incluyen el ataque verbal, como, por ejemplo, lanzar insultos, murmurar o esparcir rumores maliciosos, tratando de dañar a alguien desde el punto de vista emocional.

En ocasiones, la persona que se siente frustrada no puede atacar directamente a la fuente de su frustración y, en tales casos, la agresión desplazada se enfoca en una tercera persona o un objeto, inocente, como medio de reducir la tensión, Por ejemplo, a la salida del trabajo un hombre puede provocar un pleito en un bar, por algún incidente que se haya registrado en el trabajo.
También se puede presentar la situación inversa.
Los problemas de familia llegan a estallar en las horas de trabajo. Otro ejemplo de agresión desplazada se presenta cuando un trabajador de una línea de montaje en cadena externa sus frustraciones contra el trabajo monótono saboteando o dañando deli- beradamente los productos que se están ensamblando.

Todas estas formas de conducta defensiva se generan en algún tipo de frustración. Siempre que sea posible, en lugar de intentos de tratamiento de los síntomas, es decir, las conductas defensivas, hay que investigar las causas de la frustración. No obstante, los gerentes deben comprender también que todo el mundo manifiesta alguna forma de conducta defensiva y que, en ocasiones, es conveniente liberar la presión a través de esos medios, que constituyen válvulas de seguridad



http://www.oocities.org/maplia/desejec/232cdefe.htm
 
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